10 cosas que hacer en Madrid

Pásate por la estación de tren de Atocha para sentarte en su salón tropical y admirar las tortugas (aunque no vayas a ninguna parte).
Sírvete churros, unos donuts deliciosos.
Coge el teleférico hasta el Parque de la Casa de Campo.
Tómese un café al ritmo del flamenco en el Café Chinitas.
Pase un día en el Museo Nacional del Prado, inspirado en cuadros de Goya, Rubens y Botticelli.
Compre un pañuelo flamenco de recuerdo a mitad de precio que uno normal en el parque que hay junto al museo.
Lleve a sus hijos (de todas las edades) al parque cinematográfico de la Warner Brothers.
Ver las salas de la seda y la porcelana en el Palacio Real.
Almuerce en el Museo del Jamón.
Por último, pase por uno de los bancos de Madrid para ver una exposición que organizan periódicamente las principales entidades financieras de la ciudad.

Madrid para niños
A los españoles les encantan los niños, algo que en Madrid es de culto. Hay hoteles con recepción infantil, un número récord de cafeterías para niños con salas de juegos (llamadas ludoteca), y tronas obligatorias en casi todos los lugares donde hay comida. Sí, e incluso en las gasolineras. Ni que decir tiene que la mayoría de los museos también están equipados con salas de maternidad, donde puede alimentar a su hijo desde los 0 meses… (Incluidos el Prado y el Thyssen-Bornemisza).

Después de agotar a sus hijos con un programa de arte, los padres sólo tienen que darles la oportunidad de divertirse a su manera. En el Parque del Retiro, por ejemplo, hay paseos en barca, zonas de juegos infantiles y observación de tortugas y aves en el famoso Palacio de Cristal. Para algo más activo está el enorme parque de la Casa de Campo, donde los más pequeños pueden divertirse en las atracciones y después dar un paseo en el «telefrico», un teleférico, con sus padres.

El zoo de Madrid también merece una visita, ya que recientemente dio a luz a una cría de elefante que asombró a toda la ciudad. En el Parque Faunia (a 7 km del centro de la ciudad) podrá adentrarse en una auténtica selva amazónica o en el ecosistema polar. Por último, el Museo del Ferrocarril, con su colección de vagones y locomotoras de época, completará el programa cultural de forma amena para los niños. O el Museo Marítimo, con sus maravillosas maquetas de barcos.